lunes, 30 de diciembre de 2013

XXIX

Solía ser una chica alegre, siempre sonriente,
un poco alocada, inteligente y aplicada,
pequeña soñadora, valiente y con ganas de comerse el mundo.
Imparable, siempre conseguía lo que quería,
siempre se salía con la suya.

Pero el día menos pensado, sin verlo venir,
se tropezó con La Mala Suerte.
Desde entonces nada volvió a ser igual.
Y poco a poco se volvió triste y gris.
Aunque una tenue luz, esperanza,
avivaba en su interior.
La cual le permitía seguir brillando
hasta en la más oscura de las tormentas.

Sin darse cuenta, llamó su atención.
Y él le regaló la mejor de sus sonrisas.
Agridulce y caprichoso es el destino.
El amor le devolvió su luz, más brillante que nunca.

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